Las bicicletas eléctricas y la salud

Todo su éxito reside en su batería y en el pequeño motor al que va conectado. Dichos elementos son los responsables de convertir a la bicicleta en un vehículo semi motorizado, que facilita el pedaleo e, incluso, da la sensación de ir montado sobre una motocicleta.

Existe una amplia gama de baterías eléctricas con más o menos potencia, dependiendo del tipo de bicicleta. La forms de cargar estas pequeñas baterías, comúnmente, es través de la red eléctrica doméstica, aunque ya existen modelos que aprovechan el famoso 'Frenado regenerativo', el cual está empezando a comercializarse.

En los últimos años, el desarrollo tecnológico de las bicicletas eléctricas ha sido muy importante gracias al aumento de la demanda, especialmente en ciudades, donde se han convertido en uno de los transportes preferidos por los urbanitas. Unos, porque cuentan con una edad avanzada y, sobre todo en las cuestas, el excesivo esfuerzo hace que montar en bicicleta deje de ser placentero. Y otros, porque gustan de mantenerse en forma, pero de forma moderada. En ambos casos, la motorización eléctrica de estas bicicletas permite que, con una autonomía de hasta 25 kilómetros, sean los pequeños motores los encargados de hacer girar las ruedas cuando así lo requiera el usuario.

Así las cosas, el uso de la bicicleta eléctrica, en los momentos en los que damos pedales, tiene un efecto positivo e inmediato en nuestra salud: gracias a la activación de la circulación, ayuda a eliminar toxinas y mejorar nuestro sistema inmunitario; fortalece los músculos inferiores y de la espalda y, por lo tanto, ayuda a prevenir lesiones y protege a las articulaciones; como todo deporte, activa ciertas sustancias químicas en nuestro cuerpo que mejoran nuestro ánimo, produciendo sensaciones mentales agradables, y, por último, especialmente en ciudades, ayudan a disminuir la emisión de gases contaminantes, con lo que conseguimos un beneficio directo para nuestros pulmones y para los pulmones de quienes nos rodean.

Este tipo de transporte limpio no es sólo una moda. Está pensado para mejorar la salud del usuario y del entorno que lo rodea. Son económicas, ya que el gasto eléctrico por kilómetro es de 0,14 km, y liberan a las ciudades de tráfico, atascos y estrés.