Las
baterias de gel son un tipo de baterías de composición ácido-plomo y consideradas de gran calidad. Dichas baterías han evolucionado notablemente desde modelos más rudimentarios y menos eficaces, y es que la primera forma de energía de este tipo surgió ya en el año 1859. En ellas la electricidad surge del contacto de una placa de plomo con otra; las baterías de gel, además, pertenecen a la categoría de ciclo profundo, lo que significa que son capaces de generar energía de forma más duradera.
Las baterías de gel se fundamentan en la presencia de una sustancia gelificada, cuya función principal es la de inmovilizar los electrolitos que circulan por su interior. Este funcionamiento hace imprescindible el correcto sellado de la batería con productos plásticos o metálicos, puesto que cualquier pequeña fisura en su superficie implica el cese de funcionamiento de esta fuente de energía.
En lo que se refiere a su potencia y carga, las baterías de gel tienden a compararse con otras de potencia igualmente elevada, como son las de fibra de vidrio. Se trata de baterías de alta duración y resistencia, pero para que estas características se mantengan con el paso del tiempo es necesario prolongar sus ciclos de carga: no deben recargarse hasta que se encuentren en niveles muy bajos de energía, y deben retirarse de la corriente en cuanto su carga vuelva a ser del cien por cien. Dejar las baterías de gel conectadas a la corriente durante más tiempo del necesario suele ser uno de los principales factores de deterioro.
Por otra parte, cabe destacar que las baterías de gel están teniendo una aplicación creciente en todo tipo de dispositivos electrónicos de alta potencia. Sus mejores prestaciones y la alta durabilidad las hacen idóneas para colocar en aviones, sillas de ruedas mecanizadas o incluso coches eléctricos. Sin embargo, también están cada vez más presentes en los pequeños dispositivos que utilizamos en nuestro día a día. Las baterías de gel presentan una gran resistencia a todo tipo de impactos y cambios de temperatura, por lo que también han cobrado importancia en el sector de los smartphones, de las tablets y de los ordenadores portátiles. Otros tipos de baterías tienden a romperse y a derramarse, estropeando con ello la totalidad del dispositivo en el que están colocadas; las que utilizan sustancias gelificadas, en cambio, toleran mucho mejor los pequeños impactos del día a día y se mantienen cargadas durante más tiempo.